Te levantas por la mañana…
Te tomas el desayuno, haces un poco de deporte y después de una ducha caliente, entras en tu spa: buscas el asiento o la tumbona que más te gusta y pones en marcha el hidromasaje. Poco a poco, vas notando como tus músculos se relajan y tu mente desconecta de la realidad. La temperatura del agua está en el punto ideal. Inicias un circuito de hidromasaje por todas las posiciones del spa. Una vez finalizado el hidromasaje, enciendes las luces de cromoterapia y le pides a Alexa que disminuya la iluminación ambiente de la sala…
Tener un Spa en casa es uno de los placeres más rentables que pueda existir. Un Spa nos regala momentos de relax que nos ayudan a rebajar nuestro stress o tensiones musculares, pero también es un lugar de encuentro para nuestra pareja o familia.
Pasar el tiempo libre en un Spa en tu casa, nos permite descubrir una nueva dimensión (durante todo el año) del agua: la parte más lúdica con tus niños o la parte más romántica con tu pareja, después de una cena ideal.
No hay confinamiento que se resista a esta experiencia: pon un Spa en tu terraza, en tu jardín o sala diáfana y encuentra tu momento: tu Spa en casa.